Autor: Mary Shelley
Género: Novela negra/ Intriga/Terror
Editorial: Punto de lectura
Año de publicación: Original en 1818
Sinopsis: La vida de Víctor Frankenstein está marcada por su obsesión por dar vida a la materia inerte. Los estudios de filosofía natural lo llevan a concebir a la criatura que se convertirá en mayor logro y tragedia. Desde el Ártico, desvela al capitán Walton su esperpéntica creación, mientras intenta desesperadamente atrapar al monstruo sin nombre que se ha escapado para vengarse de su propio “padre”.
Reseña: Tenía muchísimas ganas de leer este libro pero nunca me había decidido a hacerlo. Gracias a Raquel (@lapeceraderaquel en twitter) que organizó una Lectura Conjunta para el mes de octubre y aprovechando que era el mes de leer sólo autoras, me decidí a leerle junto a ella. Bueno, yo a mi ritmo porque entre la casa, el niño y el trabajo he tardado más de lo que yo pensaba.
Lo primero de todo es que quería decir que el cine y la televisión ha hecho muchísimo daño a este libro/personaje, ya que te esperabas un ser grotesco, verde y lleno de tornillos y demás artilugios y sin embargo nos encontramos a un ser, “monstruoso” por fuera creado gracias a los restos de viejos cadáveres del cementerio pero dotado de una gran inteligencia y corazón por dentro que, lo único que él quería era no estar solo y tener una compañera con quien compartir aquellos momentos que el tanto anhelaba mientras veía a aquella familia en la granja.
Mientras tanto, el ser que le creó, con buena apariencia física pero cada vez más grotesco por dentro, no deja de pensar y de maldecir el haber creado a un ser tan horrible (pobrecito mío, que culpa tendrá el pobre monstruo) con, además carencia de empatía en lo que sólo pensaba en si mismo sin llegar a pensar en cómo se sentiría su creación y rechazándole, simplemente por su aspecto físico (cosa que ocurre actualmente)
«Te recuerdo que fui creado por ti, yo debería ser tu Adán, sin embargo soy más un ángel caído, a quien le sacaste la alegría sin haber cometido ningún crimen. Por todas partes veo que reina la alegría de la cual estoy irrevocablemente excluido. Yo era benévolo, bueno; la desgracia me volvió un demonio».
Una novela digna de ser leída en la que no saber quien es más monstruoso de los dos, si el creador o el creado. Yo, simpatizando con el pobre ser, en esta ocasión me quedo con el creado ya que a Víctor Frankenstein le cogí hasta manía durante la lectura ya que no paraba de quejarse pero era incapaz de hacer nada para resolverlo.
Una lectura necesaria y obligada, sobre todo en los tiempos que corren.
Nota personal:
Hola!!! Coincido con tu impresión, me encantó leer este clásico que en mi cabeza pintaba de forma muy diferente. Y también le cogí algo de tirria a Victor... jaja Como dices, un libro digno de ser leído y en cualquier momento. Un saludo!
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